El Estado de Excepción
La declaración del Estado de Excepción como lo establece el artículo 288 de la CN , dice: “En caso de conflicto internacional, formalmente declarado o nó, o de grave conmoción interior que ponga en inminente peligro el imperio de esta Constitución o el funcionamiento regular de los órganos creados por ella ….”
Del análisis de este artículo se puede inferir que no se dan estas condiciones sin dejar de considerar por ellos la gravedad de la inseguridad originada por la presencia probable de la organización autodenominada EPP en el territorio nacional.
Lo que las autoridades de los poderes del Estado deben considerar es que si hemos llegado a esta situación de inseguridad, es por la falta de voluntad y no por otra cosa. Y mientras la misma no exista se seguirá discutiendo y, los delincuentes llámense EPP u otras organizaciones delictivas van a seguir fortaleciéndose, planificando sus futuras operaciones y dominando la voluntad de la ciudadanía, por el miedo y la desmoralización.
Ni la constitución ni otras leyes que derivan de ella, impide que las autoridades responsables de
La falta de voluntad política y otros obscuros intereses han llevado a las instituciones responsables de la seguridad interna al deplorable estado actual, especialmente las Fuerzas Armadas de
Esta situación ha dado que hoy día en el territorio nacional, ellas estén totalmente ausentes y ese espacio lógicamente haya caído bajo el dominio de los delincuentes organizados y no organizados.
Hoy se discute si se declara o nó el Estado de Excepción, como si con ella bastara para la solución del problema.
Si la Policía Nacional con su actual organización y logística (limitado por cierto y otras debilidades) y suponiendo que está en mejores condiciones que las propias Fuerzas Armadas, en dotación, inteligencia y porque están ya bastante tiempo en teatro de operaciones, sin embargo, no ha tenido el éxito deseado.
Que las Fuerzas Armadas salgan a solucionar el problema Estado de Excepción mediante puede ser un riesgo que no se merece. Porque no será por su culpa y más por la desinteligencia de las autoridades responsables.
Las Fuerzas Armadas necesitan hacer presencia en la zona, estudiar el terreno, conseguir informaciones y obtener inteligencia, sin ellas no podrán ni planear y muchos menos montar una operación. Sí, se van a arriesgar a cometer errores graves que les puede producir bajas innecesarias y consecuentemente más desprestigios de las autoridades del ejecutivo, y más inseguridad. La ciudadanía ya no creerá ni en sus Fuerza Armadas y será otro triunfo del EPP y los narcotraficantes.
Entonces qué es lo que se debe hacer:
En primer lugar el comandante en jefe debe ordenar inmediatamente la repoblación de las unidades militares, primeramente las localizadas en la zona en cuestión.
En Concepción, la cuarta División de Infantería, en Curuguaty el Segundo CE, En Pedro Juan caballero el Batallón de caballería. En Ciudad del Este también están las instalaciones al menos, de otra unidad divisionaria y en San Pedro crear un fuerte Destacamento. De la misma manera reforzar en dotación y equipos las Comisarías y Subcomisarías de la zona. Todas estas reorganizaciones, el comandante en jefe no tiene impedimento legal para hacerlo, sí, la voluntad. De esta manera, va volver la tranquilidad espiritual en la zona, la gente podrá superar el miedo y va colaborar con las autoridades ofreciendo informaciones que son fundamentales para cualquier operación, ya sea policial o militar.
En cuanto a las Fuerzas Armadas, tampoco riñe con su misión constitucional, activar su zona de responsabilidad y operar en ella mediante actividades que pueden ser de vigilancia, patrullajes y si fuere necesario hasta interdicciones en apoyo a la policía y la fiscalía.
Estas decisiones puede tomar el comandante en jefe como medidas que le están autorizadas por la misma C.N. (Art 238).
Es cierto el problema talvez sean recursos financieros pero se gastará lo mismo que si se declarara el Estado de Excepción, pero con mayores posibilidades de éxito y lo más importante, se recuperará la presencia territorial y será de carácter permanente y no transitoria. Y cuando llegue el momento, se podrá montar las operaciones que sean necesarias para exterminar al grupo EPP, talvez con la propia Policía sin necesidad de la declaración del Estado de Excepción o si fuera el caso, con una operación militar, ajustada a la ley pero con la garantía del éxito que es fundamental no solamente para las Fuerzas Armadas, sino para el propio gobierno
Finalmente todo gobierno debe tener en cuenta que la seguridad del país tiene su costo financiero y si no se toma las medidas a tiempo ese costo será muchos más y no será solamente financiero y, como una última reflexión: El peor pecado que pueden cometer los gobernantes en materia no solamente de Defensa Nacional
o de la seguridad interna es, abandonar sus Fuerzas Armadas al estado deplorable que se encuentra en la actualidad.