lunes, 30 de julio de 2012

La Seguridad nacional como factor de soberanía y desarrollo




Introducción
La seguridad y la Defensa son las dos caras de una misma moneda. En un tiempo en que la dinámica de la geopolítica hace necesario que el Estado, contemple y asigne a sus instituciones de seguridad y de defensa, además de sus misiones constitucionales y tradicionales, otros  roles de carácter secundario pero no menos importante, para asegurar no solamente el empleo racional de sus medios y recursos sino para garantizar el éxito de las operaciones que tengan como propósito obtener los logros  que garanticen al Estado, la consecución de sus fines.

Desarrollo
Para comprender cómo estos dos factores -  Seguridad y Defensa - forman parte esencial de la realidad nacional, es preciso aclarar algunos conceptos fundamentales y, que además deben ir actualizándose, como consecuencia de la propia dinámica geopolítica que se dan ya sea en el ámbito nacional o internacional.
Para que esta comprensión sea posible, haré algunas conceptuaciones terminológicas y filosóficas que puedan dar mayor  claridad, y tratar de evitar las confusiones por las interpretaciones mediáticas  que a menudo se hacen  simplemente por intereses políticos y aún corporativos.
Sin ser profesional del derecho, sin embargo, mi formación académica en un Alto Instituto de Seguridad y de Defensa nacional, me autoriza a emitir algunas apreciaciones, en especial, cuando los gobernantes por falta talvez de asesoramiento o por no asumir plenamente su responsabilidades constitucionales, recurre a lo más simple y menos comprometedor: interpretar o aceptar las interpretaciones literales de los  artículos que dan marco a la misión de las Fuerzas públicas; sin considerar  las amenazas, su naturaleza,   los medios y recursos de un Estado que tiene no solo la responsabilidad sino la obligación de garantizar  a cualquier costo, la seguridad, en un ambiente de nuevos paradigmas que forman parte de las realidades  políticas y sicososiales y que es necesaria para delinear proyectos que puedan dar solución a los complejos problemas  existenciales y la aplicación racional de todos los recursos que permitan enfrentar los obstáculos y las amenazas a los grandes objetivos nacionales, que constituyen intereses legítimos de la nación.

Seguridad Nacional: es el resultado tangible de las acciones que emprende el Estado, empleando sus instituciones, sus medios y sus recursos, con el objetivo de  precautelar y garantizar los intereses que conforman el patrimonio total de la nación.
Defensa Nacional: Acciones o sistema de acciones transversales, ya sean políticas, estratégicas, en todos los campos del quehacer nacional así como las necesarias articulaciones de  las Fuerzas Públicas  o de cualquier otro órgano gubernamental, para garantizar la Seguridad.

De estos dos conceptuaciones, muy personal por cierto, podemos entender; primero: que la seguridad nacional es consecuencia de la defensa nacional y
Segundo: que la defensa nacional son acciones de carácter general y transversal que debe tener alcance hasta donde abarque la expectativa de los que constituyen intereses nacionales que deben ser defendidos.
 Hoy día sin retacear jurisdicción y mucho menos la sincera  valoración de las instituciones que coadyuvan en el esfuerzo nacional;  el ámbito interno, adquiere gran relevancia por lo que puede significar las amenazas y los obstáculos para que el gobierno pueda afianzar sus proyectos y sus planes para alcanzar sus objetivos. Razón que induce a desplegar toda su capacidad para definir la política y la estrategia en el marco de una visión más allá y por encima de intereses corporativos o gremiales y que esté direccionada hacia los fines inalterables de un Estado democrático.
En el ámbito nacional, es preciso considerar analíticamente lo que implica la Seguridad Interna. Dentro de este quehacer existen aspectos que tienen relación directa con la garantía que el Estado  debe ofrecer a la sociedad, al pueblo en general, en relación a su bienestar y que debe entenderse en un aspecto holístico.
Entonces surge la cuestión  de cuántos de sus recursos debe ser empleado para garantizar este Bien; y mi apreciación  particular no es cuántos sino la racionalidad en la aplicación de los  medios y recursos  que sean necesarios.
 .  
Esta Seguridad, de hecho comprende las articulaciones que guarda relación con la creación  de las condiciones fundamentales ya sean económicas o psicosociales  para que la sociedad pueda  encontrar la senda natural por donde debe llevar adelante su desenvolvimiento en el marco de sus propias y legítimas aspiraciones; pero también no es menos cierto que estos requieren procesos complejos y de largo alcance que solamente puede ir haciéndose en etapas hasta alcanzar los objetivos.
 Mientras tanto, los acontecimientos adversos se irán sucediendo y exigirán del gobierno  soluciones inmediatas, y es aquí, donde surgen las necesidades de emprender acciones, que garantice el  orden para  que el gobierno pueda tener la suficiente estabilidad política  para abordar los proyectos que le permita en un plazo mediato, satisfacer al menos una media de las  aspiraciones nacionales.  Volviendo a la seguridad interna, pareciera que los gobiernos que se han sucedido en el Paraguay en los tiempos democráticos, solo entiende por ella, el combate a las organizaciones delictivas que atentan contra las personas y sus bienes y en consecuencia, descarga toda la responsabilidad sobre una institución del Estado que tiene por misión constitucional: la defensa del orden público y el apoyo al Ministerio Público en la investigación de los delitos, hago referencia a la Policía nacional.
Esta institución y sus cuadros, por razones políticas históricas, han buscado su reivindicación por haber estado durante el régimen de la dictadura antes del 89, como órgano dependiente de las FFAA y hoy asume responsabilidades más allá de su propia misión constitucional y permanentemente resulta sobrepasada a pesar de todo el esfuerzo que hace el Estado, para poner apunto su organización y logística.
  Por otro lado y en el mismo contexto, y de ex profeso se debilita sistemáticamente a las FFAA de la nación, pecado capital que cometen los políticos que no tienen las condiciones de liderazgo para entrever el mal que acarrea estas decisiones a la Seguridad Nacional y especialmente a una institución que constituye el último bastión de la soberanía y la libertad de una nación. Y hoy está a la vista, las humillaciones de que somos objetos por los países “hermanos” que empiezan a realizar acuerdos de fortalecimiento de sus Fuerzas Armadas, mientras el Paraguay no tiene otra alternativa que recurrir a organizaciones internacionales poniendo su suerte en manos de otros autores que tienen intereses compartidos y solo podrán resolver nuestros problemas cuando no afecten directamente a los suyos. Por tanto y conforme a lo anterior,  es preciso fundamentalmente que las Fuerzas Armadas recuperen su completa capacidad para cumplir su verdadera misión constitucional. Primero: La defensa de la integridad territorial como acciones que deben propender a la defensa integral de los intereses de la nación que estén localizados en el interior del territorio. Esto se debe entender  no solamente a la protección  del perímetro territorial, sino además el subsuelo, el espacio aéreo y todos los recursos minerales, lacustre, obras de artes y de la cultura que existan dentro del territorio, y también  otros valores tangibles y no tangibles que puedan tener relación con la soberanía; en consecuencia debe aceptarse que a las FFAA les corresponden otros roles secundarios dentro de su capacidad organizacional  operativa y logística que el gobierno puede determinar sin violar la constitución y, cualquiera ley que limite o la restrinja debe ser modificada.
Nuestro país, a diferencia  de otros estados que constituyen el primer mundo,  está supeditado a que tiene  limitaciones en cuanto a sus posibilidades, medios y recursos; en consecuencia debe hacer un aprovechamiento racional de sus instituciones de seguridad, o sea de sus Fuerzas Públicas.
 Probables cursos de acciones para enfrentar el problema de la seguridad interna:

Curso de acción “A”      

Recuperación operacional de las FFAA, y repoblación de las unidades estratégicas y tácticas en el territorio nacional. Asignarles  otros roles que caen dentro del alcance de su  misión constitucional. Derogar los artículos de la Ley 1337 de Seguridad y Defensa, en donde hace referencia al Estado de excepción, como única condición para que las FFAA opere, en e ámbito de Seguridad Interna.
 Habilitar a las FFAA para cumplir misiones tales como: interdicción de los pasos fronterizos, especialmente, en los lugares donde no existen otra presencia de instituciones del Estado. Realizar actividades de acción cívicas en coordinación con las autoridades de otros organismos del Estado. Crear órganos escalonados de inteligencia militar para coadyuvar con la seguridad interna. Crear en los comandos divisionarios y regimentales, direcciones para el mantenimiento del sistema ecológico y medios ambientales, potenciar las unidades de asuntos civiles.
Crear a nivel de divisiones, regimientos y unidades equivalentes, unidades de Policía Militar, con misiones de patrullajes, las interdicciones permanentes y como agente de información.

Curso de acción “B”

Creación y organización de Comandos regionales que puede ser por una ley, de tal manera que cada comando tenga jurisdicción no solamente sobre las unidades de la región, sino también abarque, los destacamentos policiales que están ubicadas en su zona de responsabilidad. Operar con un Estado Mayor Conjunto donde participen comisarios graduados en altos estudios policiales, para el planeamiento conjunto de las actividades operativas y logística del Comando regional.

Curso de acción “C”

Independientemente de restablecer y repoblar las unidades militares y con sus misiones agregadas como en el curso de acción “A”, Establecer la descentralización operativa de la Policía Nacional en una primera fase, que las jefaturas de policía departamentales, pase a depender operativamente del gobierno político departamental. La gobernación deberá apoyar dentro de sus capacidades el esfuerzo logístico de la Policía, manteniéndose ésta, centralizada financiera y administrativamente.
La Policía nacional mantendrá atribuciones tanto administrativas como operativas y la posibilidad de brindar apoyo general o según las necesidades en cualquier punto del territorio.