Crisis
“No
pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la
mejor bendición que puede sucederle a personas o países, porque la crisis trae
progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche
oscura.”
Albert
Einstein
Este pensamiento de uno de los más
grandes filósofos y científicos que conoció la humanidad, sea para que
reflexionemos como Nación-Estado.
Después del último acontecimiento –del
juicio político- al ahora ex presidente Lugo, es probable que subsistan la
incertidumbre en un gran sector de la ciudadanía, por cuanto las amenazas de
nuestros vecinos en boicotear y hasta bloquear a nuestro país y, reconociendo
que tenemos una gran dependencia económica y, porque han sido “nuestros amigos”
y a nadie le gusta perder a su amigo,
especialmente si había sido
“sincero”. También sabemos que tienen
ventajas hasta hoy, por su mejor posicionamiento geo-estratégico y geo-político
tanto a nivel continental como a nivel mundial, y si somos un país mediterráneo
es porque ellos habían sellado y firmado ese destino; no les guardamos rencor
por ello, solamente es a manera de una recordación.
Mucho se habían esforzados ya en el siglo
XVII, por que fuéramos una provincia en
el Rio de la Plata, y si ese no fue
nuestro destino, es porque nuestros mayores tuvieron las agallas de luchar por
la libertad, y esa fuerza moral que dio nacimiento al Paraguay independiente,
constituye hasta hoy la heredad
insobornable y la que debe regir siempre nuestra vida republicana.
El paraguay,
en su historia hubo varias crisis consecuencias de grandes guerras y otros
infortunios, sin embargo, ninguna de esas crisis hemos aprovechado para
intentar cambiar nuestro destino. Seguimos siempre lamentándonos de lo que pudo
ser y no fue. Existen las experiencias de otras naciones que tan pronto se
apagaron el fuego de sus guerras, o de sus crisis, no quedaron deleitándose en
su heroísmo, o lamentándose de su
desgracia sino comenzaron inmediatamente
a reconstruir y haciéndolo mucho mejor.
Esta crisis
quizás sea nuestra última oportunidad para empezar a diseñar el país que
queremos y poner mano a la obra. Esta es la gran oportunidad para políticos,
empresarios y todos quienes tengamos alguna conciencia de que ya no podemos
seguir en el vyroreí.
Nuestros
gobernantes deben tener la capacidad para tomar las decisiones.
La democracia
no puede ser tan permisiva y los responsables de corregir rumbos, no pueden ser
tan pusilánime a la hora de decidir.
Es el tiempo
de definir el área de interés nacional que nos permitirá la transformación
total de nuestra nación y creo que la que debe llevar el esfuerzo principal
debe ser la Educación , una
educación con un profundo contenido moral para que se pueda producir el
verdadero cambio en la cultura paraguaya. “Crisis y educación”, (Theodore Brameld). Sin conocimiento seremos siempre una nación
débil, sin ideas y no podremos aprovechar las oportunidades.
Si nos bloquean y no hay gas, volveremos
a los braceros, mientras nuestros ingenieros y técnicos ensamblan cocinas
eléctricas y si escasea el gasoil pues produzcamos el biodiesel para ellos
empecemos a cultivar más caña dulce; si escasean alimentos que no creo ello
suceda porque bastaría con volver a nuestro sano y nutritivo sistema paraguayo
de alimentación, hasta tanto nuestros agro empresarios, industrialice nuestra
rica producción agrícola y siempre encontraremos la alternativa que nos permita
sobrevivir con dignidad y por sobre toda la cosa libertad y soberanía.
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