jueves, 10 de noviembre de 2011

Misión de las Fuerzas Amadas y el Estado de Excepción


Como oficial retirado de las Fuerzas Armadas, me preocupa la interpretación que se hace de su Misión Constitucional.
El Art. 173 de nuestra constitución dice textualmente: “Defensa de la integridad territorial y de las autoridades legítimamente constituidas”.
En primer lugar, se debe considerar que las medidas que las autoridades del gobierno  implementen en el marco de la  Seguridad Interna, sean normales o excepcionales,  caen en el ámbito de la Defensa  Nacional y, las agresiones a los intereses nacionales que deben ser precautelados o defendidos cada día  son más, y aún puede haber otras  amenazas que hasta hoy no las conocemos entonces, la defensa de todos estos intereses mal puede cargarse sobre la espalda de una sola institución. Por eso, la importancia de conceptuar la Defensa Nacional como un sistema y, si la considerásemos como tal, debe ser abierto,  porque la defensa nacional es una cuestión dinámica al punto de que, lo que se entendía antes por “Integridad Territorial” (Concerniente a los límites territoriales)  hoy día debe entenderse como el territorio íntegramente con todos los intereses existentes en su superficie y en el subsuelo, aún el espacio aéreo.
En cuanto a la otra misión constitucional, mal podría interpretarse que las FFAA tenga que asumir rol de policía, y si tuviera que dar seguridad personal a  las autoridades legitimas que son más del centenar, puede  llegarse a la situación de que muchas se sientan amenazadas y exijan lo que ellos entiendan como misión de las FFAA; lo que sí a mi criterio debe interpretarse es: Crear las condiciones para que las autoridades legitimas puedan cumplir sus funciones en un marco de paz y seguridad.
En cuanto al Estado de Excepción, en su carácter de artículo constitucional, es directamente  consecuencia de la Guerra Fría, sectores de la sociedad especialmente la emergente después del golpe del 89, influenciaron para debilitar a las Fuerzas Armadas “culpable del sostenimiento de la dictadura”, y como no existía talvez la voluntad de castigar a los violadores de las leyes y de los reglamento militares, porque entre ellos estaban amigos, parientes y correligionarios, entonces, se atacó directamente a la institución militar y aquí está la consecuencia; unas Fuerzas Armadas deshilachadas incapaz de cumplir su misión.
 No existe una sola unidad militar en todo el territorio nacional, en condiciones de realizar una operación con posibilidades de éxito, primero no tienen la mínima dotación ni los recursos logísticos para enfrentar contingencias algunas de seguridad, en el orden militar.
Otros países como Chile, Brasil vivieron las mismas experiencias  durante la Guerra fría sin embargo, salvaron sus instituciones militares, y aún, se ajustaron a los nuevos conceptos de la Defensa Nacional, hasta el punto que podemos ver como el Brasil teniendo la capacidad para crear organizaciones para cada asuntos de interés nacional, sin embargo, no tiene ningún prejuicio, ni la sociedad tiene el trauma cuando sus Fuerzas Armadas salen a proteger o defender, mediante operaciones militares aquellos que el gobierno considera cuestiones relevantes que hacen a la defensa de los intereses nacionales.

En conclusión si el gobierno tuviera la voluntad de que las Fuerzas Armadas asuma su rol de defensa de la verdadera integridad de nuestro suelo patrio, con todos los intereses que en el existan y constituyen patrimonio legítimo de toda la nación y de su proyección a través de las generaciones venideras, el Estado de Excepción no debiera ser impedimento, para que las Fuerzas Armadas recupere su presencia territorial, hasta se puede superar las exigencias del artículo constitucional, mediante la elaboración de una doctrina de empleo racional de las Fuerzas Armadas en el ámbito de la Seguridad Interna.
Otra cuestión que guarda íntima relación con la operatividad militar, es que ella necesita el contacto con el terreno, siempre fue y será parte fundamental de la instrucción militar los entrenamientos en el terreno, de lo contrario nuestros militares serán grandes teóricos de la guerra y estrategas pero solamente sobre las cartas topográficas.
Cuando las Fuerzas Armadas salen en el terreno toma contacto con la población y recoge informaciones para la inteligencia y esto es un factor importante que deben  considerar los que comandan las Fuerzas Armadas y aún los legisladores.
Por otro lado, y por encima de los celos corporativos, se debe enfrentar la realidad nacional, y se debe considerar la descentralización operativa de la Policía Nacional, no puede ser que las gobernaciones en donde los gobernadores son autoridades legítimas, esté ausente en las cuestiones que hacen al Orden Público en sus respectivos departamentos, el orden público como parte de la seguridad interna.
Finalmente, es la hora que comience  un debate serio y responsable en todos  los sectores que estén interesados por la Defensa Nacional y la Seguridad Nacional, porque hasta hoy solo estamos haciendo público nuestro desinterés y la falta de voluntad de los gobernantes y hasta la malicia de nuestros políticos hacia el tema de la Seguridad Nacional y la otra cara de la misma moneda, la Defensa Nacional.  

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